Una misa evangélica es un verdadero oficio religioso, donde la música y la oración se funden a través de los cánticos. La música gospel surgió de las iglesias protestantes evangélicas afroamericanas, pero su popularidad creció a partir de 1930.
Nueva York, ciudad de contrastes, es el hogar de diferentes razas, culturas y por supuesto religiones. Evangélicos o bautistas son los que celebran la misa de esta manera espectacular, aunque también podemos encontrar coros evangélicos en las parroquias católicas.
En la misa evangélica existe una liturgia similar a cualquier otra misa: el pastor de la iglesia es responsable de guiar a la comunidad a través del evangelio, la oración y la comunión, tratando de vincular lo cotidiano con lo espiritual. La intervención del coro evangélico hace que la atmósfera oscile entre emoción, alegría, vacaciones y reunión o que estas energías estén presentes simultáneamente, convirtiéndola en una masa muy conmovedora.
Es bastante común en viajes a Nueva York ir a ver una misa evangélica. En la Gran Manzana hay varias iglesias a las que puedes asistir, te invitamos a vivir la experiencia en el barrio de Brooklyn. Las iglesias cuentan con varios servicios los domingos y los turistas son recibidos como un miembro más de la comunidad.
La música gospel nace de los espirituales negros, música inspirada en el sufrimiento de los esclavos africanos, que fueron traídos a Estados Unidos desde África, ya que muchos de los esclavos usaron la fe protestante en cualquiera de sus modos, sólo para mantener sumisos a sus esclavos (“los mansos heredarán la tierra”) .
Esta música religiosa creada en las iglesias protestantes evangélicas afroamericanas en el siglo XVII, comenzó a ganar popularidad a partir de 1930. Su nombre deriva de la palabra godspel que significa “la palabra de Dios” y que se refiere al Evangelio. Esta forma de canto se llamaba evangelio, ya que era una canción evangélica para invitar a la gente a Dios. Actualmente sus letras tratan de la vida y los valores cristianos, aunque, en sus orígenes, los espirituales hablaron de la esclavitud, el sufrimiento y la opresión en términos tan espirituales como mundanos. Desde su popularización, el contenido de las letras se acercó más a las experiencias cristianas desde una perspectiva más personal y cotidiana.
La música gospel se caracteriza por el uso de coros y la armonía en la que las voces se pueden escuchar juntas. Pero, además, la música típica de la misa gospel tiene muchos subgéneros: evangelio tradicional, sur, negro... sí, evangelio negro, ya que la fuerte división entre blanco y negro en Estados Unidos ha mantenido separadas ambas ramas y aunque nunca fue absoluta, esta separación ha disminuido considerablemente en los últimos 50 años.
Actualmente existen varios subgéneros llamados gospel. Estos son los diferentes tipos que podemos encontrar en diferentes iglesias de Estados Unidos:
Evangelio tradicional: es el que se encuentra en la mayoría de las iglesias afroamericanas del país y tiene ritmos rápidos y muy alegres.
Gospel blues: Este evangelio se basa, como su propio nombre sugiere, en los ritmos de blues.
Southern Gospel: Lo más destacado es su formación por parte de los hombres donde hay un líder, un tenor, un barítono y un bajo. Normalmente habla de los problemas del día a día y de cómo Dios ayuda a sobrellevarlos.
Evangelio negro: Es un evangelio bastante original y menos conservador ya que mezcla tradición con algunos estilos como el rock o el funk.
La Misa del Evangelio es una parte inevitable de nuestro plan de viaje a Nueva York. Esta es una verdadera celebración religiosa, aunque sea un espectáculo alucinante. La comunidad de feligreses que la frecuenta escuchará y compartirá la palabra de Dios. Durante la profesión religiosa se alternan el pastor y el coro, encargado de dirigir las canciones, aunque todos pueden participar en ellas; por lo que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de las voces y si llegamos arriba acompañamos el ritmo con palmaditas.
En algunas iglesias permiten fotografiar durante el oficio (en nuestro caso particular, no permiten fotografía ni video, ya que el coro ha ganado varios Grammys y grabado más de 30 discos, violando con ello las leyes de derechos de autor) y en los últimos años se ha normalizado la asistencia turística a las masas, estamos por lo general muy bien recibidos y están conscientes de que la comunidad turística también tiene mucho que aportar. Sobre todo, económicamente. Cabe señalar que las misas son libres, pero es justo y necesario colaborar en su recolección, y seguramente lo haces con gusto después de haber presenciado la ceremonia.
En Nueva York hay muchas actividades interesantes que hacer. Asistir a una misa evangélica es una de ellas. Es una experiencia que te impresionará sin importar si profesas o no alguna religión. Es una experiencia muy intensa, es algo muy personal y universal en partes iguales. Música, puesta en escena, fervor y cercanía de feligreses lo hacen extremadamente emocionante. ¡No te lo pierdas!
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